Cuando culminó la llamada Revolución Popular Sandinista del FSLN (enero de 1990) quedaron en el recuerdo confiscaciones de todo tipo, para ser más exactos: casas, terrenos, fincas, haciendas, empresas, bienes de todo tipo y, hasta se dieron el lujo de confiscar la libertad de miles de nicaragüense, además del destierro obligatorio de otros miles más.
Durante el desgobierno del FSLN, desde el 19 de julio de 1979 hasta enero de 1990, solo se pudo avanzar en una repartición de bienes confiscados, sin saber si esas acciones eran con o sin legal justificación, así actuó el frente en su época revolucionaria, y además, implementando un Proyecto de Reforma Agraria sin que se pudiera negar que el mismo no era más que una buena redacción de un proyecto que nunca dio los frutos deseados, y si no, miren todavía los miles de hermanos campesinos que aún, 21 años después, demandan tierras y los medios para hacerla producir. Para desgracia de los campesinos ahora el FSLN se ha avocado, por conveniencia electoral, a la Reforma de la Propiedad Urbana, entregando títulos de propiedad de manera masiva.
Lo que si se pude decir es que los sandinistas, así, pasaron diez años de revolución, practicando populismo y paternalismo ficticio, prebendario y mal intencionado, olvidándose, sin darse cuenta muchos de ellos, de enriquecerse o acopiar grandes capitales o riquezas, descuido ocurrido porque nunca creyeron abandonar el poder. Pero, que, por supuesto, nunca dejaron de acariciar esa oportunidad, que con el tiempo, al igual que ahora, al fin y al cavo lo terminarían haciendo.
Para reparar y compensar esos tiempos en los que no se pudieron enriquecer, y entendiendo en la actualidad que el Poder se puede perder en cualquier momento, los Sandinistas Cúpulas que quedaron sin sacar provecho franco de esa época “epopeyica” ahora, durante este gobierno, económicamente han tomado una ventaja abismal, descomunal y espectacular con relación al capital que obtuvieron durante los diez años de revolución, al grado que podríamos proponer algún documental que llevara como título “DE POBRES REVOLUCIONARIOS A MILLONARIOS CAPITALISTAS”, entendiendo que este desenfreno por amasar más y más riqueza no es solo una obsesión, si no que se ha convertido en un vicio, en una adicción, en una costumbre cleptomaniaca, por lo cual y para lo cual se han tenido que distorsionar las leyes, alinear al sistema judicial, infiltrar los poderes del estado, la policía, el ejército y ahora hasta los gremios empresariales, sindicales y Lideres políticos de oposición. Todo ello para tener un libre ejercicio de las actividades indecorosas, de las actividades fraudulentas, de los actos al margen de la ley, de la práctica y promoción de la corrupción, claro, pero con la indolencia y el beneplácito de las autoridades e Instituciones que deberían impartir justicia o al menos darle atención a las denuncias.
Así pues, ante esa forma efectiva para enriquecerse y con la avaricia de seguirlo haciendo es que Daniel Ortega Saavedra se decide a “piñatearse la Constitución en pedazos”. Sabiendo que para ello debería canibalizar o vilipendiar artículos constitucionales, mismos que, al ser decodificados para su beneficio le permitirían correr como candidato presidencial y así tener una alta posibilidad, si no que un hecho total y consumado, de reelegirse nuevamente como Presidente de Nicaragua, sin importar ilegalidad alguna o protesta de quien sea. Y así se resume que la Constitución Política de Nicaragua nuevamente, 21 años después, por segunda vez es asaltada, despojada y desconstitucionalizada para someterla, desconocerla o convertirla en una chureca de Leyes, en un baúl de desperdicios Jurídicos de Leyes Constitucionales y por lo tanto dejar a Nicaragua en un estado sin derechos Constitucionales, en donde prevalece la Ley del más fuerte y de “los más astutos” para desconocer Ley alguna.
Resumiendo, así deja nuevamente Daniel Ortega la actual Constitución Política de la República: Artículos totalmente violados: Articulo 147… No podrá ser candidato a Presidente ni Vicepresidente de la República: a. el que ejerciere o hubiere ejercido en propiedad la Presidencia de la República en cualquier tiempo del período en que se efectúa la elección para el período siguiente, ni el que la hubiera ejercido por dos períodos presidenciales.- Daniel Ortega sin importarle lo que la Constitución le prohíbe, la desconoce y sigue impunemente imponiendo sus caprichos; Artículo 170.- Magistrados del CSE y CSJ no fueron elegidos por la Asamblea Nacional, de conformidad con las disposiciones contenidas en el numeral 8) del Arto. 138; Artículo 174.- Los Magistrados del Consejo Supremo Electoral, propietarios y suplentes tomarán posesión de sus cargos ante el Presidente de la Asamblea Nacional previa promesa de ley.- Algunos Magistrados actuales, en el que se incluye al Presidente del CSE, después que se les venció su periodo Constitucional, jamás han sido promesados para que tomen posesión de cargo alguno, por lo tanto son usurpadores de funciones públicas; Artículo 182.- La Constitución Política es la carta fundamental de la República; las demás leyes están subordinadas a ella. No tendrán valor alguno las leyes, tratados, órdenes o disposiciones que se le opongan o alteren sus disposiciones.- Observándose que Daniel Ortega ha incurrido flagrante y mal intencionadamente, con dolo y con animo de violar la Constitución, asociado con otros para caer en el delito Penal de “asociación ilícita para delinquir”. En este sentido, Daniel primero saco un decreto que manda a que continues en sus cargos a Magistrados con periodos Constitucionales vencidos y segundo que se ampara contra la Constitución aduciendo que ella le viola sus derechos humanos, denuncia que hace 4 años después de su desempeño como Presidente de la República y después de haberse juramentado y afirmado bajo juramento que cumpliría y haría cumplir la actual Constitución Política, la misma que lo juramento cuando lo invistieron de Presidente de la República de Nicaragua en el 2006. ASI CONCLUYE EL TRAJICO FINAL DE LA PIÑATA, POR SEGUNDA VEZ, DE LA CONSTITUCIÓN POLITICA DE NICARAGUA.
